5.05.2010

REDOBLE DE CAMPANAS


Se nos ocurrió un día, hace ya unos años, hacer una salida a la Vall de Núria. Es un lugar precioso, yo, por entonces ya había estado tres o cuatro veces. Una de estas fue un recorrido andando, desde Fontalba, hasta Núria. Las otras veces en el cremallera, todavía no estaba hecho el túnel, y la vista desde el cremallera subiendo hasta el valle, es espectacular!.
Pues bien, mi hermano con su querida esposa, deseosa de tener un bebé, y yo, con Lucky y nuestro hijo en brazos, el pequeño oropéndolo que apenas tenía los tres años.
Empieza la función, pues al llegar arriba, decidimos montar en los telesillas, teníamos ganas de ir a visitar los potrillos, que por esa época veraniega, pastan en lo más alto del valle. También anduvimos paseando, como no, por los alrededores, visitando otras preciosidades que hay caminando un ratito, y para descansar las piernas, nos dimos una vuelta en barca por el tranquilo lago, de no ser así, yo no hubiere remado, aunque lo hice a duras penas, el remo, no es lo mio.
Lo curioso de todo, y esta es la historia, es, que nuestra visita ese día a Núria, tenia pretexto. Como cuenta la leyenda, en el Santuario, subiendo la escalera interior, se encuentra la vírgen de Núria, tambien negra, como la moreneta, y a su paso, la campana con la olla, no de grillos, sigue contando tal, que las mujeres deseosas de herencia, y apenadas por su poca fertilidad, recurrían a meter la cabeza dentro de esa olla y repicando la campana una vez dentro de ella, pedían su deseo a la vírgen, según campanadas, tantos churumbeles.
Mi estimada cuñada, cansada de tanto probar, impaciente por que le heredaran el trono, nos propuso de hacer esa excursión e ir a la olla. No nos resistimos, nos gusta mucho hacer salidas.
La presente, que redacta tal anécdota, incrédula de todo milagro, también puso la cabeza dentro, la primera, para que viera la doña, que no pasaba nada. Al cabo de un mes, yo mujer fértil, que quería entretenimiento para su hijo, quedé embarazada al visto y no visto. Al cabo de nueve meses, mi menda paría un par de gemelos, el troll y la mona.
Todavía nos reimos con mi gentil compañero, pues la tonta de mi, por si acaso, metió la cabeza dos veces, como siempre estoy en la luna, la primera vez no oí la campana, y volví a meter la cabeza, además de que el dia en que sus espermas fecundaron mis ovarios, dice el tal fecundador, que era mi dia fértil, una excusa que me hizo sumisa de su deseo.
En fin, colorin colorado, este cuento.... no ha terminado, los dos parientes mios, tuvieon gemelos al cabo de un par de años, después de algún que otro experimento.
Que le vamos ha hacer, unos nacen estrellas y otros se estrellan contra la pared, como aquí la cutifata, que siempre mete la pata!!!

3 comentaris:

Sra. Castafiore ha dit...

Holaaa, así que metiendo la cabeza en campanas, jaja, que cosas te pasan. Me estoy dando una vuelta por tu blog. Veo buena musica, y de momento el catalan de este post es bastante asequible. ;D Besos.

Sra. Castafiore ha dit...

Huy, y un beso al troll y la mona, ¿ya les has contado lo de la campana?

felicitat ha dit...

Jajajajaja, muy graciosa Sra. Castafiore, pues ya me apañé, por si volvía a meterla... jejajijojejju!!, imagínese usted dos más, y con ocho basta, menudo chasco!. Sí, a menudo contamos la historia, sobre todo cuando estamos reunidos en familia, para carcajarearnos un buen rato.

Sea usted bienvenida a este jardín, un abrazo!